En un discurso cargado de simbolismo histórico y político, el presidente Gustavo Petro planteó este jueves que la agroindustrialización del cannabis en manos del campesinado puede convertirse en una de las principales alternativas para consolidar la paz en el norte del Cauca.

La intervención se dio en el marco del Pacto Territorial por la Transformación del Cauca, un acuerdo que busca articular al Gobierno nacional, autoridades locales y comunidades para enfrentar las causas estructurales de la violencia en la región.

Cannabis como alternativa productiva

El jefe de Estado señaló que tanto la hoja de coca como el cannabis han sido durante décadas criminalizados, sin que esa estrategia haya logrado erradicar los cultivos ilícitos ni transformar las condiciones sociales. En contraste, propuso una mirada distinta:

“La industrialización del cannabis puede convertirse en motor de desarrollo económico, generando empleo, ingresos dignos y oportunidades educativas para las familias campesinas”, afirmó.

Según Petro, el país debe avanzar en la expedición de un decreto que libere la agroindustrialización del cannabis en manos de pequeños productores, para que los campesinos no dependan de intermediarios ni de estructuras ilegales. La medida permitiría consolidar proyectos productivos legales, sostenibles y con impacto social.

Tierra, educación y reconciliación

El mandatario subrayó que la violencia en el Cauca no se explica solo por los cultivos ilícitos, sino por la histórica exclusión, la desigualdad y el despojo de tierras. Por ello, planteó que el acceso a la tierra y al conocimiento son pilares fundamentales para garantizar una transformación real.

También envió un mensaje directo a los jóvenes de la región:

“Hoy muchos creen que portar un arma es hacer revolución. En realidad, están siendo utilizados por las economías ilegales. La verdadera revolución está en la educación, el trabajo digno y la organización social”, advirtió.

El discurso incluyó un llamado a la unidad entre pueblos indígenas, afrodescendientes, mestizos y campesinos. Para Petro, el Cauca es un territorio donde la diversidad cultural y natural no debe ser fuente de conflicto, sino la mayor riqueza de la región. Un pacto interétnico, dijo, puede convertirse en la base de una convivencia duradera y en la plataforma para la prosperidad colectiva.

El Pacto Territorial por la Transformación del Cauca se concibe como una hoja de ruta para atender las problemáticas históricas del departamento, con proyectos en materia de infraestructura, educación, seguridad y alternativas productivas. En este escenario, el cannabis aparece como una apuesta estratégica para reconfigurar la economía campesina y debilitar las redes del narcotráfico.

Un cambio de paradigma

La propuesta presidencial se suma a los debates internacionales sobre la regulación del cannabis. Países como Uruguay, Canadá y varios estados de EE.UU. han demostrado que la regulación puede convertirse en fuente de ingresos fiscales, innovación industrial y desarrollo rural. En Colombia, sin embargo, el reto es mayor: convertir la transición hacia la legalidad en un camino hacia la paz total.

Con su llamado desde Timbío, Petro ratificó que el Gobierno del Cambio busca no solo reducir la violencia, sino transformar de raíz las condiciones que la alimentan. En palabras del presidente:

“La paz no se construye con discursos, sino con tierra, conocimiento y alternativas dignas para la gente”.