Las alarmas se encendieron en diversos sectores políticos e institucionales del país luego de que el presidente Gustavo Petro afirmara que “desconfía de la transparencia de las elecciones del 2026”, un señalamiento sin pruebas concretas que ha sido interpretado como un intento de sembrar dudas sobre un proceso que ni siquiera ha comenzado a organizarse.

La declaración, realizada en un acto público, fue vista por expertos como un gesto anticipado de deslegitimación del sistema electoral, y que podría preparar el terreno para justificar una eventual derrota o crisis política. «Es gravísimo que el jefe de Estado desestime a las instituciones encargadas de garantizar la democracia», señaló un analista constitucional.

Voces de la oposición fueron más allá. “Lo que está haciendo el presidente es muy peligroso: minar la confianza pública en las elecciones por conveniencia política”, dijo un congresista del Centro Democrático. Otros sectores también cuestionaron que se utilice el poder presidencial para poner en entredicho a la Registraduría y al Consejo Nacional Electoral sin evidencias ni hechos concretos.

Hasta ahora, ni la Registraduría ni los organismos internacionales que históricamente han acompañado los comicios en Colombia han reportado indicios de irregularidad de cara al proceso electoral de 2026. Las afirmaciones de Petro, en cambio, refuerzan la percepción de un presidente enfrentado con los contrapesos democráticos y cada vez más aislado institucionalmente.