La embarcación británica Madleen llevaba 100 kg de harina, 250 kg de arroz, fórmula para bebés, pañales, crutches y suministros médicos. La impusieron activistas incluyendo la figura internacional Greta Thunberg y la eurodiputada Rima Hassan, con la intención de desafiar el bloqueo y proporcionar ayuda directa a Gaza.

El 9 de junio, en aguas no territoriales (pero dentro de la zona económica exclusiva de Israel), la Fuerza Naval israelí interceptó el barco usando drones y fuerzas especiales ACU. Los 12 tripulantes fueron detenidos y trasladados a Israel, para luego ser deportados. Las autoridades declararon que actuaron con base en protocolos legales internacionales para evitar el ingreso de armas camufladas.

Organizaciones pro-DD.HH. y ONG marcan esta acción como violación del Derecho del Mar, especialmente el paso inocente y la protección en alta mar, mientras que Israel defiende que el bloqueo está aprobado internacionalmente y apuntó a posibles riesgos de contrabando bélico . Es llamativa la participación de Thunberg: aumentó visibilidad mediática, generando presión política.

Reacción internacional

La ONU y la UE han solicitado investigación por parte del Comité de Derecho Internacional de la ONU. Países como Suecia y Francia consideraron la intervención como excesiva, mientras que los conservadores en Israel destacaron que fue una medida de seguridad indispensable en aguas sensibles.

Este episodio podría marcar el inicio de una nueva dinámica de flotillas humanitarias y defensas navales, en la línea de las que intentaron romper bloqueos en 2010. Se especula que futuras flotillas lleven supervisión legal reforzada, cámaras a bordo y mayor cobertura mediática. Paralelamente, existe presión política dentro de Israel para revisar el protocolo de interceptación para evitar que incidentes como este inflamen aún más la tensión regional.