Pablo Hernán Sierra, excomandante del bloque Cacique Pipintá de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), lanzó una fuerte declaración al recordar los orígenes de la Ley de Justicia y Paz, impulsada durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe Vélez. Según Sierra, dicha ley fue concebida como un mecanismo para que los excombatientes pudieran confesar sus crímenes, contribuir con el esclarecimiento de la verdad y reparar a las víctimas. Sin embargo, cuestiona que el propio Uribe pareciera haber olvidado que él mismo estaba implicado en ese contexto de violencia y conflicto armado.
“Uribe se inventó Justicia y Paz para que dijéramos la verdad y a él se le olvidó que estaba dentro de esa verdad”, afirmó Sierra, subrayando lo que considera una falta de coherencia por parte del exmandatario, cuya figura ha sido recurrentemente mencionada en versiones libres, testimonios y documentos judiciales relacionados con el conflicto.
El exjefe paramilitar ha sido uno de los pocos en referirse públicamente al papel de ciertos sectores del poder político en la consolidación y expansión del paramilitarismo en Colombia. Sus declaraciones se suman a un amplio debate nacional sobre la responsabilidad del Estado y de algunos de sus representantes en el surgimiento y fortalecimiento de las estructuras armadas ilegales que, por años, azotaron amplias regiones del país.
La Ley de Justicia y Paz ha sido tanto elogiada como criticada. Mientras algunos la ven como un paso necesario hacia la paz y la reconciliación, otros señalan que permitió beneficios judiciales sin una reparación real a las víctimas ni una depuración profunda de responsabilidades en todos los niveles.
Las palabras de Sierra reavivan viejas tensiones y ponen sobre la mesa la necesidad de una verdad completa, sin excepciones ni inmunidades.