Con su nuevo EP, la banda colombiana desafía los estereotipos de la industria musical, mezcla rock, ironía y cerámica, y regresa al Vive Latino tras una década de ausencia.
“No escribimos para complacer, sino para decir lo que sentimos y reflejar lo que sucede”. Con esa frase, Andrea Echeverri, vocalista de Aterciopelados, deja claro que la esencia de la banda sigue intacta: provocadora, crítica y profundamente humana.
Su nuevo EP “MOR”, parte del proyecto Genes Rebeldes, retoma la línea contestataria que los ha caracterizado por décadas, esta vez con una mirada afilada hacia la hipersexualización, la presión estética y la explotación de la imagen femenina.
En este trabajo, la artista se burla con humor de los moldes impuestos por la industria. “Aunque ser dueña de tu cuerpo y sexualidad se asocia con el feminismo, yo lo abordo con ironía, sin señalar a nadie. No se trata de tener la razón, sino de ponernos en igualdad en un mundo donde gustar a los demás es casi obligatorio”.
La canción “MOR”, con potentes guitarrazos y un coro en el que participa su hija Milagros, retoma el tono sarcástico de clásicos como El estuche o Cosita seria, para denunciar que “todo es piel y pose” en una industria cada vez más vacía de contenido. “Siento que la esencia se pierde. Crecí viendo programas como La familia Ingalls, y ahora todo parece un desfile de cuerpos sin límites, como en Acapulco Shore”, dice entre risas.