Por: Jaime Guzmán

No es un acto macondiano, al parecer más un acto de cómics de Condorito, lo ocurrido ayer 3 de septiembre en tierra Opita cuando en el estadio Guillermo Plazas Alcid ocurrió un hecho que a dado vuelta al Mundo.

Si bien el resultado quedó en tablas para ambas escuadras entre Huila y Equidad ( 1-1) perjudicando a los dos por su objetivo de conseguir la victoria, el local por no enlodarse más hacia el descenso, y el visitante, los dirigidos por Alexis García para entrar a la pelea de los 8 finalistas del cuadrangular final, lo que mayor llamó la atención fue la última jugada por parte de los bogotanos quienes a punto de marcar el gol de la victoria, un recogebola del estadio, un joven común y silvestre, lanza sin pensarloun balón desde afuera, detrás del pórtico, exactamente de frente al futbolista visitante y lo confunde a la hora de patear puesto que ya habían 2 balones en el arco y encima de él.

Acto seguido, la jugada se pierde y es evitado que se sentenciara el destino del onceno local.

Tras lo asombroso del hecho, aún sorprende es la conducta y proceder del gran colectivo de la profesional terna arbitral, expulsando al recogebolas y luego sigue el juego como si nada…

¿Se lavaria las manos el central de la contienda o ignora cuál sería su decisión ?

Lo cierto es que a ninguno de las 2 escuadras le favorece este acto y quien gana es el antagonismo de un balompié colonbiano cada vez peor y falto de calidad.

Tomando una decisión salomónica pero más siendo el abogado del Diablo, este juego debe acabar como nulo, sin ningún punto para ambos oncenos.

Y no menos vital, bueno que bueno que ocurra estos hechos para que de alguna forma cambie lo bochornoso y cuasi amateur, en que se ha convertido el rentado del fútbol profesional colombiano