Un 24 de agosto de a mediados de los años 60,  la banda estadounidense The Doors comienza a grabar en Los Ángeles (California, EEUU) el álbum homónimo, el primero de sus nueve discos de estudio del grupo liderado por Jim Morrison, que se convirtió en uno de los mejores de la historia del rock.

Aunque se tiende a enclavar a los Doors en la psicodelia inherente a su contexto cultural, la verdad es que se trata de un grupo único e inclasificable, rico en texturas y estructuras sónicas (gracias a la gran habilidad que poseían como instrumentistas).
En “The Doors” encontramos, desde una poética perspectiva, retazos rock, pop, blues, psicodelia envueltos en la poderosa voz de Morrison