Por: Alfonso Camerano
En la medida que pasan los días, la campaña presidencial se torna en un asunto de convivencia social, marcado por estados de susto a los resultados que anuncian encuestas y mediciones de opinión.
Casi que imposible pegar un rotulado de Pacto Histórico con la imagen de Petro y Francia, que no resulte agraviante para los estratos 4, 5 o 6, en su mayoría gentes de clase media acomodada, invadida de miedo y agresividad contra los partidarios de quienes estigmatizan serlo del mismísimo demonio.
Idearios que oscilan entre quienes están convencidos de considerar a Petro y Francia, una especie de Chávez, Castro y Maduro, al tiempo, que ha de convertir a Colombia en un país pobre, “socialista” y sin futuro.
La política de bloqueo contra Cuba y Venezuela sería la respuesta repetitiva contra el nuevo gobierno que traería el bloqueo económico y político, desde fuera, y la fuga de capitales, desde dentro, hacia los bancos y mercados internacionales, con preferencia a EEUU, Panamá, Costa Rica o España.
De suyo, se difunden cifras billonarias colocadas ya en el exterior, y la aplicación de la famosa “cláusula Petro” a los contratos que firme el sector privado, en cuanto a la terminación o vigencia de las obligaciones que emanen de las convenciones comerciales en dependencia del resultado electoral a la Presidencia de la República.
Se disuelven relaciones de años entre amigos, familia o vecinos, en dependencia del candidato y sector político al cual dirija su vocación electoral, siendo el nombre “Petro” la piedra de la discordia.
Viene jugando un papel intimidante la conducta de ciertos mayores, de ambos sexos, trátese de empresarios o profesionales activos o retirados o empleados de alto o medio nivel ejecutivo, público o privado, o pensionados, empeñados en imponer normas de conducta en condominios y sitios de concurrencia, como los
malls, ubicados en sectores del norte de la ciudad y barrios de clase media, regidas por el rabioso “anti-Petrismo”.
Nunca antes se había sentido dispuesta la clase dirigente, después de la muerte de Jorge Eliecer Gaitan o del robo de la elección de Gustavo Rojas Pinilla, a acudir a la fuerza mediática y física para sostenerse por en el Poder que se les desvanece en las manos.
La manera descarada cómo interviene en Política el Presidente de la República, o la manera agresiva como el General Zapateiro encara al candidato Gustavo Petro Urrego, solo se hizo norma de conducta sancionable contra el alcalde de Medellin, recién suspendido, con violación de lo dispuesto por la Corte Interamericana en el caso del ex alcalde de Bogota, Gustavo Petro, acatado por la Corte Constitucional y el Consejo de Estado, de no ser aplicable el Poder sancionador disciplinario a los servidores públicos elegidos por el Voto popular; precisamente, la PGN ha hecho recaer la sancion “ejemplar” sobre el alcalde Daniel Quintero, de la ciudad donde la derecha ha gobernado y dirigido al país durante más de dos décadas, sin contar con esa posición en la capital de Antioquia.
Hay quienes opinan que se ha dado inicio a un golpe de estado escalonado que bien podría desembocar en la suspensión del proceso electoral, apretando el paso con la ejecución de hechos hechos deliberadamente desestabilizadores.
El Paro Armado de estos cinco días, so pretexto de la extradición de alias Otoniel, jefe del Clan del Golfo, hizo
regresar al paramilitarismo a las carreteras como “Pedro por su casa”; ocasionando la muerte de personas inocentes, como el médico que salió de Barranquilla y por daño del carro se bajó para abrir el capó, en cercanías de Sampués, siendo abaleado desde una moto, delante de su mujer e hijas que lo vieron morir.
El discurso de los candidatos no alcanza a solidarizarse en defensa de la Democracia, excepto las voces aisladas de Petro, Fajardo y Hernández, para detener la jauría que, tarde o temprano, también ha de morder a los que callan o creen encontrar en la escalada violenta, una salida a la pérdida del poder político corrupto que ya no pueden sostener, próximo a perderlo el domingo 29 de Mayo.
La última pregunta a la última entrevista realizada por el periodista y traductor del diario El Tiempo, don Hernando Vega Escobar a Jorge Eliecer Gaitan, fue la de cuestionarlo sobre si había pensado en su muerte violenta, a lo que el líder liberal popular respondió:
“Usted se imagina,Hernando, la que se arma en este país si a mí me matan?”