Hoy tal vez el índice del coronavirus ha bajado su ritmo mortal o como se diría en el argot del balompié… Un ritmo de ataque acelerado frente al hombre que se resguarda en su propio pórtico.
Precisamente, el individuo busca la forma de contragolpearlo y así convertirle un gol a esta pandemia y de triunfo contra todo este mal, cuando ya pueda salir a la calle y combatirlo. Pero antes debe ser táctico y muy estratégico.
Entretanto, en los ojos de Gea, diosa de la Tierra, se sienta cual espectadora y ve con detalle a que equipo en realidad apoyar….
Por momentos, la Tierra se desespera pues no ve cual de los dos equipos anota y ella vuelva a progresar… Pero estos dos, nada que recapacitan y Gea desde las gradas se distrae y mira desde un ángulo en contrapicado y con expresión de impotencia como si los mismos titanes fueran a llevársela por delante, como sucede con esa pelota que no logra debilitar a los cancerberos por parte del ser humano.
De pronto, ella despierta ante los vanos gritos de celebración de un gol por parte de un celebre individuo, pero lamentablemente fue fuera de juego ya que han vuelto a recaer con el virus….
Definitivamente se necesita ese grito de pasión, sinónimo a millares de goles, que se han hecho por un momento de felicidad y ahora por qué no, utilizando una buena táctica, como el buen uso del cuerpo y la higiene que han manifestado los estrategas de la salud. Así, el hombre acabaría este cotejo tedioso, ante un mayúsculo rival.
Mientas que Gea vuelve a la realidad se viste de porrista y con emoción, junto a ninfas y semidiosas salen definitivamente a apoyar al hombre pues vale la pena vivir la vida con ánimo, respeto y felicidad.
El juego sigue muy desnivelado pero el hombre no descansa. Por segundos mira la copa Mundial, su forma y estructur.
Piensa que ya en alguna oportunidad había vencido al mal, cuando Zeus derrotó al titán Atlas a quien castigó…
El mito
Cuenta el relato que Atlas fue forzado y exigido por Zeus a sostener el cielo pues en la mitología griega, indica que Atlas era el líder de los Titanes que lucharon contra los dioses del Monte Olimpo.
El líder de los dioses era Zeus, quién peleaba contra su progenitor, el Titán Cronos, para ganar el control del mundo. Tras desfilar una década de fuerte guerra, el Padre de los Dioses y de los hombres derrotó a su tirano ascendente, y asumió el control del mundo.
De inmediato, Zeus les impuso un castigo severo a los Titanes. Uno de ellos a Atlas como líder de los Titanes, quien recibió eterna sanción ejemplar que consistió en cargar al cielo en sus hombros.
Retomando al juego del balompié, el hombre ha tenido una fortísima disputa frente a la Pandemia quizá la disputa más trascendental que aquellos combates entre semidioses del fútbol que han dejado huellas.
El fin de esta contienda es el que el ser humano busca más allá de la paz y la armonía en todas las naciones del mundo, sobrevivir y regocijarse a sus anchas junto al planeta que le ha dado todo.
Sin embargo, para muchos, el peligro radica en el descuido de este ser rebelde que no ha sabido mantener una buena táctica y le ha jugado una mala pasada a su propia conducta y relación con el medio, por confiarse de sí mismo y subestimar a su rival.
Por ello, el individuo y su posible alter ego, representado en una escuadra denominada COVID – 19, busca convertirle un gol a toda costa y así darle sonrisa al sol…y en especial al planeta Tierra diciéndole ¡se descubrió la vacuna!
Con cierta curiosidad el hombre, mira un instante y se deleita al ver al trofeo trofeo… Pero deja su ego y para poder adquirirlo, debe ganar el mejor juego de su vida y que más haciendo desde ya lo correcto.
Mientras que la Copa, sigue siendo resaltada por los cantos dorados de Apolo, mostrando que Atlas, aquel titán, fue derrotado. En Pocas palabras, el hombre interpreta la luz e inspirado tiene la oportunidad de ganar el juego, pues si juega a consciencia y por la esperanza, gracias al ejemplo de Pandora, seguro ganara antes que cante un gallo.