El exfiscal general deja el cargo tras cuatro meses de gestión. Su salida se produce un día después de la presentación del proyecto de asamblea constituyente y en medio de la controversia por el fallo que absolvió al expresidente Álvaro Uribe Vélez.
El ministro de Justicia y del Derecho, Eduardo Montealegre Lynett, presentó su renuncia irrevocable al cargo mediante una carta enviada desde París al presidente Gustavo Petro Urrego, confirmada oficialmente por el Ministerio de Justicia. La misiva, de tono reflexivo y crítico, pone fin a una gestión de apenas cuatro meses, marcada por su respaldo a la propuesta de una asamblea nacional constituyente y por su fuerte postura frente a la justicia penal colombiana.
Montealegre, abogado del Externado y exmagistrado de la Corte Constitucional, asumió la cartera en junio de 2025, en reemplazo de Ángela María Buitrago. Su llegada fue vista como un intento del gobierno Petro por reforzar el sustento jurídico y ético de su proyecto de reformas estructurales.
Durante su corta administración, el ministro defendió abiertamente la idea de convocar una asamblea constituyente de iniciativa popular, argumentando que el Congreso “no tiene la capacidad moral ni política para reformar los pilares del Estado social de derecho”. Esa posición le generó tensiones dentro del propio gabinete y con sectores del pacto histórico que consideraban sus pronunciamientos “demasiado disruptivos”.
Una carta con peso político
En su carta de renuncia, Montealegre explica que su decisión obedece a una “profunda indignación” por la absolución judicial del expresidente Álvaro Uribe Vélez, fallo que calificó como “prevaricato” y “afrenta contra la justicia”.
“El Tribunal absolvió a un criminal de guerra, un corrupto. Uribe es el amo de la justicia, y ella, como esclava, se inclina sumisa ante su inmenso poder. Yo no lo haré”, expresó el exministro, quien además anunció su intención de acudir a tribunales internacionales para denunciar la impunidad de los crímenes que, según él, siguen sin sanción.
Montealegre también agradeció al presidente Petro por la confianza depositada, pero lanzó advertencias sobre la existencia de “traidores en Palacio” y pidió proteger la agenda de transformaciones que, a su juicio, enfrenta una “nueva gobernanza paramilitar” amparada por sectores judiciales y políticos.
La renuncia, tras la propuesta de constituyente
La salida del ministro se conoció apenas un día después de la radicación del proyecto de ley que busca convocar una asamblea constituyente de iniciativa popular, eje central del discurso presidencial en los últimos meses.
Fuentes cercanas a la Casa de Nariño aseguran que el presidente Petro ya tenía conocimiento de la intención del ministro de apartarse del cargo. Sin embargo, su renuncia coincide con un momento de máxima sensibilidad política para el Ejecutivo, que intenta mantener el equilibrio entre la agenda de reformas y la estabilidad institucional.
Según versiones recogidas por El Espacio Noticias, dentro del gabinete existían diferencias profundas entre Montealegre y otros ministros, especialmente en torno a la estrategia jurídica de la constituyente y la relación con las altas cortes. Además, la Procuraduría General adelantaba investigaciones disciplinarias contra el exministro por presunta participación en política.
Reacciones divididas
Desde el Pacto Histórico, varios congresistas expresaron respaldo a Montealegre, destacando su compromiso con la justicia social y la defensa de los derechos humanos. “Se va un jurista con carácter, que no teme denunciar lo que muchos callan”, escribió un parlamentario cercano al gobierno.
Por su parte, desde la oposición, senadores del Centro Democrático y del Partido Conservador señalaron que su renuncia era “inevitable” y que su paso por el ministerio “fue más ideológico que técnico”.
Analistas políticos consultados por El Espacio Noticias consideran que la dimisión de Montealegre abre un nuevo frente de incertidumbre jurídica en el gabinete, especialmente cuando el gobierno requiere un liderazgo sólido para impulsar las reformas judiciales y constitucionales que acompañan la agenda de cambio.
Un capítulo más en la tensión entre justicia y política
Eduardo Montealegre deja el Ministerio con cuatro meses y medio de gestión, tiempo en el que su figura generó tanto respaldo como controversia. Su salida simboliza el pulso permanente entre las instituciones del Estado y los proyectos políticos que buscan reformarlas.
Aunque en su carta habló de “retomar la lucha por la justicia universal”, sus declaraciones podrían abrirle un nuevo frente judicial por injuria o calumnia, según expertos en derecho penal consultados.
En lo inmediato, el Gobierno no ha anunciado quién asumirá el encargo de la cartera. El Ministerio de Justicia informó que no habrá declaraciones adicionales y que cualquier vocería será comunicada oficialmente por los canales institucionales.
La renuncia de Montealegre cierra un capítulo complejo dentro del gobierno Petro y deja abierta la discusión sobre el alcance real de la propuesta constituyente, uno de los temas más sensibles y determinantes en la actual coyuntura política del país.



